viernes, 22 de enero de 2010

¿Por qué arte para educar?

Nuestra experiencia tras más de cuatro años utilizando el arte en Acogida, nos afianza en la idea de que el arte no sólo es un lenguaje de expresión.

Más allá de lo que supone socialmente el acceso a la cultura, el arte es un vehículo para el aprendizaje de contenidos tanto conceptuales (teoría de los colores, cubismo, arte aborigen, etc.), como procedimentales (uso adecuado de herramientas, pasos a seguir en el repujado o la decoración con lacas, etc.) y, por supuesto, actitudinales (cuidado de materiales, consumo con criterios de ahorro, incremento de la autoestima, la iniciativa, el nivel de autoexigencia, etc.). Por estas razones, en Acogida hemos desarrollado una metodología propia y exclusiva para afrontar el arte.

Pensamos, tal y como Rudolf Arnheim defiende, que el arte contiene en sí mismo una serie de ventajas que nosotros estimamos fundamentales en la formación de los jóvenes:

    • Es un vehículo que complementa la expresión verbal.

    • Los estados emocionales, las sensaciones y los sentimientos son la base para el arte, por lo que el acceso a estos estados es más fácil a través de éste.

    • Posee en sí mismo mecanismos dinámicos. Estos nos conducirían más allá de cualquier motivo concreto hasta lo que se oculta detrás de todos ellos.

Además estamos convencidos de que el arte, entendido como medio de expresión, es más cercano a los jóvenes y por lo tanto, es motivador, ya que toma como punto de partida los propios centros de interés de éstos y está vinculado a actividades muy asumidas ya por ellos como canalizador de emociones (música, graffiti, cómic,...).

Coincidimos también con María Magdalena Ziegler quien afirma que el arte no sólo es un medio para solucionar problemas, sino para plantearlos, cosa a la que tradicionalmente no se le daba demasiada importancia. Esto condicionaba una creatividad de consecuencias y no de causas.

Nuestra forma de entender la acción socioeducativa pasa por la utilización de expresión artística para producir arte, sin buscar diagnósticos ni soluciones terapéuticas. Hemos elegido no diagnosticar y avanzar mediante colores, formas y soportes. Tampoco buscamos la profesionalización de artistas o artesanos (aunque algunos de los chicos y chicas podrían serlo). No elegimos que pudieran vivir de lo obtenido con el arte o la artesanía. En Acogida decidimos avanzar en el Desarrollo Personal de los chicos y chicas que se incorporan a un itinerario de integración sociolaboral.

Pensemos por un momento en nuestro alfabeto. Cada letra independiente de las demás no podría desenvolverse sola. Asimismo, un mundo imaginario empobrecido coloca a la persona en situación de aceptar sumisamente las condiciones en las cuales vive. La creatividad no puede ser un lujo para el tiempo libre o para las sociedades con un alto grado de desarrollo. Precisamente estas sociedades lograron efectuar grandes avances gracias a la impresión de grandes dosis de creatividad. Un individuo que no sea dueño de sus posibilidades creativas, ni siquiera puede desear otro modo de vida, pues el solo deseo implica la sospecha de que existen otras posibilidades.

El arte, al enriquecer el mundo imaginario y brindar herramientas para el desarrollo de la creatividad, va mucho más allá de lograr una mayor producción en cualquier campo. Va dirigido hacia la liberación y el impulso de todo lo que está vivo en el espíritu humano, para hacer del individuo un ser pleno. En el imaginario de cada persona se dibujan todas las cosas que creemos se pueden o no hacer. Y aunque esto no es algo de lo que estemos conscientes, es lo que mueve cada gesto (desde lo más cotidiano a lo más trascendental), llegando incluso a adquirir un carácter social y nacional.

Cuando un niño toma los crayones, usa una máscara o mete sus manos en arcilla, las hunde en su imaginación. Su mundo interior pasa a ser el dibujo, el personaje interpretado o la arcilla modelada. Creemos que esto es literalmente así, sin pretensiones poéticas. El niño que juega a cambiar el final de un cuento descubre que en la vida también hay libertad y distintas maneras para modificar lo que parecía un final sin salida.

La relación entre educación y arte imprime confianza a la creatividad infantil, no con la intención de que todos los niños sean artistas, sino para que ninguno sea esclavo del futuro.”

María Magdalena Ziegler D. y Magalia Bracho de Torrealba


Una educación sin esta perspectiva genera, en su defecto, individuos manipulables, porque dependen de la interpretación de otros; impermeables, porque se les cierra la posibilidad de la influencia y goce estético; y dependientes, porque no son capaces de resolver problemas plásticos, generar imágenes, utilizar un pensamiento divergente y creativo, lejos del pensamiento único imperante.

Una corriente artística como tema generador del curso.

En el Proyecto Acogida de la Asociación Semilla nos hemos decantado por servirnos del arte como hilo conductor para trabajar el resto de contenidos. Nuestra experiencia nos dice que a través del arte podemos llegar a cualquier contenido que queramos plantearle a los jóvenes.

Nosotros elegimos una corriente artística o autor que nos permita avanzar el programa y a la vez cumplir los objetivos por los que se rige nuestro proyecto educativo.

La elección de la corriente es muy importante, ya que lo que intentamos es llegar a los jóvenes. Por eso pensamos que su estética debe de ser atractiva y relativamente actual, cercana a los jóvenes, con cierta carga reivindicativa y social, muy propio de la etapa de la adolescencia por la que atraviesan los jóvenes a los que va dirigido este proyecto.

Partimos de tres Áreas de trabajo con los jóvenes:

    • Cultura, donde se trabajan contenidos relacionados con las matemáticas (operaciones básicas, planteamiento y resolución de problemas, etc.), lenguaje (expresión oral y escrita,...), geografía, realidad social actual,...

    • Expresión artística, a través de un Aula Artística en la que analizamos contenidos específicos de Arte (teoría del color y su relación con la expresión de emociones, técnicas específicas, historia del arte y el contexto de las obras, las diferentes expresiones artísticas contextos geográficos y su repercusión intercultural en nuestra sociedad...). Y también contamos con 4 talleres artísticos (Grabado, Cerámica, Color y Cuero), donde los jóvenes pueden desarrollar a parte de los contenidos artísticos otros contenidos orientados a la formación prelaboral (hábitos, orden, limpieza,...).

    • Desarrollo Personal, en la que se da especial importancia a la educación en valores llevados a la relación de grupo y otras cuestiones individuales, como la autoestima, el autoconcepto, las habilidades sociales, etc.

Primeramente realizamos una planificación artística y frecuentemente nos encontramos con que al programar la línea de arte hemos ido diseñando una programación en forma de árbol, de cuyas ramas comienzan crecer contenidos referentes a otras áreas (Cultura y Desarrollo Personal). Este crecimiento no se produce de forma desigual o inconexa, sino que los contenidos están perfectamente integrados e interrelacionados. Es posible trabajar las operaciones con decimales o la descripción literaria desde “La teoría de las cinco pieles” de Hundertwasser, o desde el Arte Cinético o el Expresionismo Abstracto. Los procesos no son tan diferentes, pero el escenario donde se desarrolla la acción puede cambiar constantemente y eso es lo que lo hace divertido y provoca en los jóvenes una sensación de superación continua, facilitando así el aprendizaje significativo.

Trabajo a partir de centros de interés.

El proyecto pretende conferir especial importancia a los Centros de Interés, es decir, partimos de los intereses de los jóvenes. De esta forma potenciamos la iniciativa de éstos y rescatamos capacidades a las que frecuentemente no se les presta atención. Nos parece importante atender a las preferencias estéticas de éstos, por muy alejadas que puedan estar de los cánones actuales. De la misma forma, intentamos trabajar a partir de hobbies o actividades de uso habitual de los jóvenes que puedan tener alguna relación con la expresión artística (música, grafitti, tunning, baile,...). Conocemos la procedencia de estas prácticas y extraemos contenidos artísticos, a veces relacionados con el tema generador o a veces simplemente relacionados con otra corriente artística.

Nuestra formación está basada en la persona, por lo que atiende a los procesos individuales de cada joven. Por esta razón establecemos varios niveles en la formación artística en función del ritmo de cada joven que se reflejan específicamente en los talleres artísticos:

    • 1er nivel. Contacto inicial con el taller, sus materiales, herramientas y técnicas básicas. En este primer nivel los proyectos de los jóvenes tendrán un carácter más artesanal e irán muy dirigidos por el educador/a del taller.

    • 2 º nivel. Perfeccionamiento de las técnicas y acercamiento a la línea artística del curso. Sigue siendo muy dirigido, pero los proyectos están más relacionados con centros de interés de los jóvenes. Se comienzan a producir mecanismos expresivos, no tanto artesanales.

    • 3 er nivel. El carácter expresivo de este nivel se encontrará en su mayor estadio. Los proyectos están muy relacionados con la línea artística y con los centros de interés. Es en el nivel donde se produce una mayor autonomía del joven.

Procesos de creación de proyectos.

Verdaderamente son pocos los que saben de la existencia de un pequeño cerebro en cada uno de los dedos de la mano, en algún lugar entre falange, falangita y falangeta. Ese otro órgano al que llamamos cerebro, ese con el que venimos al mundo, ese que transportamos dentro del cráneo y que nos transporta a nosotros para que lo transportemos a él, nunca ha conseguido producir algo que no sean intenciones vagas, generales, difusas y, sobre todo, poco variadas, acerca de lo que las manos y los dedos deberán hacer. Por ejemplo, si al cerebro de la cabeza se le ocurre la idea de una pintura o música, o escultura, o literatura, o muñeco de barro, lo que hace él es manifestar su deseo y después se queda a la espera, a ver lo que sucede. Sólo porque despacha una orden a las manos y a los dedos, cree, o finge creer, que eso era todo cuanto necesitaba para que el trabajo, tras unas cuantas operaciones ejecutadas con las extremidades de los brazos, apareciese hecho. Nunca ha tenido la curiosidad de preguntarse por qué razón el resultado final de esa manipulación, siempre compleja hasta en sus más simples expresiones, se asemeja tan poco a lo que había imaginado antes de dar las instrucciones a las manos...”.

José Saramago. La caverna

El proceso creativo es siempre complicado como ilustra en este fragmento José Saramago, y si no se cuidan los momentos se puede traducir en frustración y, como no, en desmotivación.

De ahí que pongamos especial atención a cada paso que el joven va dando en su proceso creativo. Lo importante no es sólo la obra final, sino el camino que hemos recorrido hasta llegar a ella. El resultado raras veces ofrece un fiel reflejo de lo que el joven ha querido transmitir. Y de lo que su cerebro imaginó en un principio, hasta la culminación, probablemente la idea se haya transformado hasta dar lugar a una nueva concepción de la obra.

Sin embargo, si estos pasos no se dan de manera consciente el proceso seguramente se vea interrumpido y el joven no lleve a buen término su idea.

Por todo esto pensamos que es muy importante un primer paso a la hora de abordar la obra: la creación de un boceto, que intente hacer una verificación entre lo que el joven imagina y lo que es capaz de hacer con sus manos. Además así el joven va marcando unas pautas en la elaboración de su proyecto y calcula de forma aproximada el coste, traducido en materiales y esfuerzo, y valora la posibilidad de éxito.

Según Arnheim no es importante si los dibujos son copiados y proporcionados por el educador o no, siempre que el trabajo siga siendo controlado por la creatividad del joven. Lo que sí parece importante es que los proyectos sean elegidos por los propios jóvenes, partiendo de sus centros de interés y que habrá que ir proponiéndoles técnicas, pero de forma general, para que ellos tengan una idea aproximada de en qué consiste dicha técnica y puedan incorporarlas intuitivamente en sus proyectos.

Posteriormente ya podrá comenzar a crear, orientado en todo momento por el educador. Se persigue la autonomía del joven. El educador será, por lo tanto, un mero dinamizador que irá dando pautas para propiciar ese desarrollo creativo del que hablamos.

Por último, consideramos fundamental la autoevaluación de las obras de arte, incidiendo así en uno de los criterios fundamentales de la Asociación: reflexión (boceto) –acción (creación) – reflexión (autoevaluación).

lunes, 4 de enero de 2010

PRIMERA FASE

Esta experiencia es trasladada hacia el año 1.989, a la Asociación cuando se inicia, una la fase previa a la incorporación de los chicos/as a los talleres prelabórales, denominada Año Cero.

En esta fase se pretendía trabajar aspectos relacionados, sobre todo con las actitudes, para ello lo primordial era realizar un trabajo personalizado con cada joven a través de espacios educativos que favorecían poder trabajar las carencias culturales de los jóvenes y tratar de disminuirlas y a través de los talleres creativos poder trabajar hábitos de trabajos, y aspectos de desarrollo personal. Todo ello se complementaba con dinámicas de grupo y convivencias.

En este periodo se desarrollaron, en algunos casos o se probaron en otros, diferentes Talleres Creativos: Cerámica, Cuero, Telares, Pintura, Fotografía, Dibujo y Color, Danza.

Ya en el 1994: para los educadores de Acogida (denominación posterior a Año Cero) los talleres creativos son una de las herramientas principal de trabajo. Se les otorgaba una importancia capital (sin dejar a un lado las demás áreas de trabajo).

Nos preocupaba que los talleres creativos fueran considerados como espacios para realizar trabajos manuales, desde un punto de vista no valorativo de este término. Las manualidades entendidas como entretenimiento, con un bajo contenido técnico, que cualquiera puede hacerlo y trasmitirlo con un mínimo de habilidad. No hace falta una preparación ni profundizar demasiado en las técnicas, es algo artesanal que nunca puede ser un medio en sí mismo para estos chicos, a no ser que hablemos de preparaciones artísticas universitarias, que no están al alcance de estos chicos/as.

Este era el debate que preocupaba en aquellos años. Los educadores (que por cierto, todos desarrollábamos un taller) entendíamos que había que controlar muy bien las técnicas de trabajo. La nuestra era una tarea creativa y la creatividad hay que cultivarla, solo así se puede trasmitir a los chavales. Lo cierto es que nos formábamos, para estar más preparados, pero intuíamos que había que dar otro paso, aunque no vislumbrábamos cuál.

Los talleres se organizaban en torno a una metodología que duraba todo el proceso del joven en acogida. Pasando por los tres talleres estables, Cerámica, Cuero y Color, se trabajaba de forma individual una parte técnica que implicaba un proceso gradual de aprendizaje:

· aprendizaje de técnicas básicas,

· elaboración de pequeños objetos,

· piezas más complejas.

Y en la que se abordaban aspectos relacionados con el desarrollo personal de los chicos/as:

· Mejora de la autoestima

· Habilidades frente al trabajo.

· Tolerancia a la frustración.

También se trabajaban aspectos de grupo que no incluyen una parte técnica, solo de desarrollo Personal:

· Respeto al trabajo del compañero.

· Cooperación

Hacia 1.998: Se realiza un intento de organizar una metodología de trabajo, encaminada a poder hacer más consciente a los jóvenes de la idea de proceso en la creación de una obra. Para ello se establecen unas pautas a seguir donde tiene especial importancia la evaluación de todo este proceso.

· Elegir una obra.

· Realización de un boceto en papel.

· Realizar un patrón.

· Desarrollo de la obra.

· Evaluación de la obra.

Este avance metodológico se logro implantar como un hábito relativamente continuo en el día a día y de forma más firme, pero no se logro dar con una forma y unas herramientas que permitieran lograr una buena evaluación de la obra.

Texto realizado por Esperanza Martín